Hans Christian Andersen (1805-1875)

Hoy no vamos a hablar de ningún libro en particular, sino de uno de los escritores de cuentos infantiles más famosos, y el que da nombre al Premio Nobel de la Literatura Infantil. No puede ser otro que Hans Christian Andersen.

Este escritor danés, nació en la población de
Odense el 2 de abril de 1805. Hijo de una familia muy humilde incluso se vio obligado a mendigar y dormir en la calle en algunas ocasiones. Su padre era zapatero y su madre una mujer de confesión protestante y que tuvo algunos problemas con el alcohol. A pesar de ello, Andersen tuvo una infancia en la que sus padres procuraron que tuviera de todo.

Tuvo siempre muchos problemas para conseguir lo que quería. Primero intentó ser cantante de ópera, aunque fue rechazado a pesar que consiguió una buenas amistades. Luego lo intentó con la danza, cosa que tampoco salió bien, pero lo que realmente le apasionaba era, por un lado escribir y por el otro viajar.

Fue un viajero destacado, y algunas de sus mejores obras para adultos son precisamente los cuadernos de viaje que escribió. Incluso se puede leer en su
Viaje por España como conoció y vivió la sociedad española de la época, que no le dejó un gran sabor de boca, pero si algunas visiones artísticas que le impactaron.

Durante su vida, las grandes obras que publicó fueron para adultos, y se tradujeron a diversos idiomas como el inglés, el alemán o el francés, aunque muy pocas han llegado a nuestro país. Los cuentos que escribió, en aquel momento, no fueron recibidos con gran entusiasmo, pero si las narraciones orales de los mismos, y es que Andersen tenía una manera especial de contar los cuentos, los niños le escuchaban y se divertían con sus narraciones, así como las figuras que hacía con papel, que eran autenticas maravillas.

La razón de que sus cuentos no fueran recibidos con mucha pasión por los lectores era simplemente porque estábamos aún en una época donde los niños solo estudiaban, leían poco y el tiempo de ocio lo gastaban correteando por las calles o ayudando a sus padres en los trabajos respectivos. No había tradición de entretener a los niños con juegos sinó que eran ellos mismos los que debían inventar historias con lo que tenían más a mano.

No había muchos libros para niños, y por ello nunca tuvo un gran éxito hasta casi su muerte, cuando si que los niños, sobretodo de los países del norte empezaron a leer con más asiduidad, y hasta hoy en día donde
Hans Christian Andersen es reconocido como el mejor escritor de cuentos infantiles de la historia, junto a los recopiladores de tradición oral, Jacob y Wilhelm Grimm.

Finalmente, después de muchos problemas sentimentales, aunque no profesionales, dónde obtuvo un gran reconocimiento, Andersen se topó con la muerte el
4 de agosto de 1875, aunque ya estaba avisado desde que en 1872 cayó de su cama y se lesionó gravemente, una caída de la que nunca llegó a recuperarse del todo.

Escritor de muchos de los cuentos más clásicos, como
La sirenita, El patito feo, El traje nuevo del emperador, La pequeña cerillera y muchos otros que quedan en la memoria de todos, que hemos leído alguna vez en nuestra vida, Andersen será recordado siempre, tanto por los niños como por los adultos ya que para muchos, el ha sido nuestra puerta de entrada a la fantasía.

3 comentarios:

Noemi Risco Mateo dijo...

Recuerdo a Andersen con mucho cariño, pues mi abuela me leía algunas noches sus cuentos cuando yo era pequeña.
Saludos,
Tanakil.

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Interesante, el parece ser una buen escritor la verdad.
Gracias por el post.

rodri dijo...

gracias por darnos cuentos que nos hacen imaginar mucho y han de saber que mi escuela lleva el nombre de este escritor tan importane de la literatura infanil.Rodri.